La manada de Caperucitas.

Hace poco salía, por fin, la sentencia de la manada. Condenados a 15 años de prisión. Eran una manada de lobos que acorralaron a una embriagada Caperucita que poco pudo hacer ante la fuerza de 5 asquerosos lobos sedientos de piel. 
Las redes y los medios ardían. Ardían porque es una manada de lobos asquerosa y machista. Una manada donde uno de ellos además su trabajo era servir y guardar a las caperucitas, de otros lobos malvados. Sin embargo, esas mismas redes solo echaban chispitas cuando un poco antes salía la noticia de otra manada. En este caso de Caperucitas. Una manada de tiernas e indefensas madres. Caperucitas que bajo su caperuza roja escondían a sus hijos del supuesto malvado lobo. En su cestita no llevaban comida sino balas de plata. La bala de la denuncia de abuso sexual o de la denuncia por violencia de género que usaban a discreción para lograr sus alocados objetivos y salirse con la suya por lo civil o por lo criminal.

Hace unos años en el concurso de coplas de mi carnaval de Cádiz, había una agrupación que se hacían llamar “Los malos del cuento”. Iban caracterizados de lobos y hablaban de que muchos lobos no van disfrazados de lobos y que no todos los lobos son los malos del cuento. En este caso, ellas se disfrazaron de Caperucita para acusar a inocentes lobos. El problema es que, como en el otro famoso cuento envolviendo a lobos y mentiras, aquí eran las ovejas las que gritaban que viene el lobo y al final, Pedro vio que las ovejas eran en realidad lobos disfrazados que estaban desangrando a los verdaderos corderos.

El problema es que en este caso, Caperucita no actuaba sola. A Caperucita le ayudo el leñador de larga melena y la abuelita que en este cuento no es una pobre desvalida encamada sino unas mujeres que usando el cuento de la pobre desvalida viven del cuento, nunca mejor dicho, a costa de gritar: "los lobos nos están matando, que vienen los lobos, cuidado con los lobos que son todos muy malos". 
Una de las Caperucitas pudo llegar a contar su cuento en el mismo Congreso. Fue a contar su cuento y todos la oyeron y se compadecieron de ella. Hablaba de lo malo que eran los lobos que iban detrás de los pobres niños que tenían con Caperucitas. De lo que les hacían pasar y de como nadie hacia nada. Incluso detallaba historias que luego se han demostrado que eran un cuento si, pero un cuento chino.

A esta manada de Caperucitas nadie ha pedido lanzarlas a la hoguera. No ha habido cientos de miles de mujeres saliendo a pedir que la justicia se cumpla,como si se pidió con la mujer violada. En este caso, ya hay 4 casos probados y son decenas los investigados. De momento ya estamos hablando de 5 inocentes. Pero a esos 5, de momento 5 a saber cuántos son en realidad, no los han atacado los lobos adecuados para que la gente se indigne y encienda sus antorchas. Y no, no pido antorchas. No pido indignación en redes. Pido que se deje de mentir y de creer cuentos y milongas. El uso de las denuncias falsas de violencia de género y de abusos sexuales a menores en el ámbito de la custodia de menores son muy habituales. Son dos de las balas que las Caperucitas usan.
Si solo hay un 0,00000001 de denuncias falsas tendríamos que decir que todas las monopoliza Infancia Libre. El problema es que estas Caperucitas han actuado en manada y ha sido fácil pillarlas. Hay otras muchas hienas y lobos vestidas de Caperucitas que actúan por solitario. O como mucho, con la inestimable ayuda de un sistema que como el leñador del cuento, les importa poco las victimas sino quedar como el héroe del cuento. 

Intervención de Infancia libre en el Congreso (pagina20)



Comentarios

Entradas populares