De lobos, borregos y grillos
Ayer a la noche recibimos una noticia que, aunque era esperable, no dejaba de ser atroz: se encontraban los dos cuerpos de las niñas secuestradas por su padre. Ambos cuerpos en el fondo del mar. Asesinados por el hombre que debía cuidarlas, protegerlas. No puedo ni imaginar que pudo pasarle por la cabeza para hacer algo así. Es algo que la gran mayoría nos preguntamos pero para lo que no encontraríamos respuesta. Es desgarrador pensar en esas dos vidas. Duele, duele porque el ser humano es empático y piensas en todo lo que les quedaba por vivir. Así como también en esa madre a la que han matado en vida. Ante un hecho así, a todos nos sale nuestro lado más visceral e irracional. En redes lees de todo: deberían encontrar al padre y que sufra, que lo lleven a la plaza del pueblo y matarlo.... he leído de todo. Y todo proviene del dolor. Es lógico. Ante este tipo de casos, todos sentimos que el mundo es un lugar un poco peor. A todos nos duele esta muerte, nos duele porque llevamos